¿Estoy dispuesto a crearme la vida que quiero vivir?


Biodanza es un espacio de reinventarnos, de tomar la vida en tus manos y crear. Desde este espacio de cuidado que generamos en nuestras sesiones, a través de las músicas y las propuestas, se da la posibilidad de conectar con esa fuerza creadora. Puedes danzar tu vida y saber que eres el protagonista de ella y que tienes un inmenso abanico de facultades naturales para construir lo que quieres para tí y para el mundo.

Te dejamos unas palabras de Rolando Toro (Creador de Biodanza) hablando de la línea de Creatividad:

Esta línea está vinculada al instinto de exploración y a los impulsos de innovación presente en los organismos vivientes. Según las actuales investigaciones en el ámbito de la inmunología y de la biología celular, los sistemas vivientes presentan en efecto fenómenos de creaciones espontánea en cada instante, en cada punto del sistema.

Los complejos celulares no son sistemas mecánicos, sino que reaccionar en cada momento de la vida en modo innovador y con una coherencia absoluta frente a la transformación del medio ambiente externo. Este proceso de adaptación y de integración es decididamente creativo. Por otra parte los etólogos estudian el comportamiento de exploración también en los animales que ocupan los estadios primitivos de la escala zoológica. Los impulsos de innovación inherentes a los sistemas biológicos culminan en la creatividad humana.

Si el acto de vivir es una manifestación sutil de prodigioso movimiento de un universo biológicamente organizado y en creación permanente, la creatividad humana puede ser considerada una extensión de estas formas biocósmicas que se expresan a través de cada individuo. Nosotros somos contemporáneamente el mensaje, la criatura y el creador.

Comprendo que esta idea puede parecer difícil para aquellos que están habituados a ver el fenómeno creador como una manifestación sólo de la mente. Ha llegado el momento de asumir muestra grandeza, no formamos parte de la mente únicamente, sino de la existencia toda. Para decirlo en modo aún más radical: nuestra grandeza se encuentra en nuestra vida. Es entonces el caso de abandonar los abordaje tradicionales de la psicología de la creatividad para entrar de lleno en la narración de lo extraordinario.

El concepto elitista que separa los creadores de las personas comunes no representa sino uno de los numerosos prejuicios culturales que, en el fondo, refuerzan en la trágica disociación entre el hombre y su obra.

Desde el momento en el cual estamos separados de nuestra obra cada uno de nuestros movimientos se encuentran disociado de nuestra emoción. Los más importantes sistemas de alienación, que se ejercen a través del trabajo institucionalizado, consolidan la división entre aquello que sentimos y aquello qué hacemos. La civilización reprime la función natural de la creatividad de modo disimulado.

Mi abordaje a la actividad creativa no deriva de la psicoterapia, según lo sistemas de la arteterapia, de la danzaterapia o de la musicoterapia. Los objetos terapéuticos de estas últimas están reconocidos, pero sus objetivos se limitan a los enfermos. Para mí la actividad creadores es el desarrollo natural de una función biológica.

La Concepción biológica de la creatividad es cercana al tema de la inocencia creadora: ésta favorece la aparición del genio de la especie a nivel individual. Se trata en realidad de facilitar y no de reprimir el acto de producción de los frutos.

Mi propuesta consiste en permitir la expresión de los impulsos creativos naturales. La creación es así como la función sexual o aquella de la autotrascendencia una extensión del proceso de la vida.

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